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las emociones humanas pueden ser leídas por los perros

Emociones humanas: ¿Cómo tu perro las descifra?

¿Te ha pasado que justo cuando estás triste o estresado, tu perro parece saberlo y se te acerca con ternura? No es coincidencia: los perros tienen una sorprendente capacidad para detectar y responder a las emociones humanas.

De hecho, como padres de mascotas, desarrollamos una conexión tan cercana con ellos que podemos reconocer sus emociones casi tan fácilmente como las nuestras. Pero… ¿te has preguntado si ellos pueden hacer lo mismo contigo?


¿Pueden los perros detectar emociones humanas?

Claramente, los perros son muy buenos para entendernos. Pero ¿hasta qué punto llega esta habilidad y qué señales utilizan?

Los perros que viven entre humanos se convierten, en cierto modo, en verdaderos antropólogos. Pasan tanto tiempo observándonos que pueden leer comportamientos y emociones que a veces ni siquiera nosotros reconocemos en nosotros mismos. Esta atención constante les permite aprender asociaciones entre lo que hacemos, cómo nos sentimos y lo que puede pasar a continuación.


Cuestión de olfato

Una parte importante de esta capacidad proviene de su extraordinario sentido del olfato. No solo pueden detectar miedo o estrés, sino también enfermedades que aún no han sido diagnosticadas en humanos.

Estudios recientes han demostrado que cuando los perros huelen a una persona estresada, tienden a comportarse de manera más cautelosa o pesimista. Por ejemplo, tardan más en acercarse a una fuente de comida cuando han olido el sudor de alguien estresado; en comparación a cuando huelen el de una persona relajada.


Escuchan tus emociones en la voz

Además del olfato, la audición también juega un papel clave. Investigaciones han mostrado que los perros pueden distinguir tonos emocionales en la voz humana. Por ejemplo, cuando escuchan un tono alegre, su comportamiento es más animado; en cambio, frente a tonos tristes o enojados, muestran señales de alerta o confusión.

Más impresionante aún, en varios experimentos se observó que los perros son capaces de asociar la imagen de un rostro humano feliz o enojado con un sonido congruente. Es decir, pueden ver una foto de alguien sonriente, escuchar una risa, y saber que ambos corresponden a una emoción positiva. Esto demuestra que integran información visual y auditiva para interpretar nuestras emociones.


Las miradas también hablan

Cuando intentamos comprender lo que sienten los demás, solemos mirar sus rostros. Curiosamente, los perros también lo hacen, pero solo con los humanos. En particular, tienden a mirar el lado derecho del rostro humano, tal como lo hacemos nosotros, ya que allí se expresan más claramente las emociones. No muestran este comportamiento con otros perros ni con objetos.

Esto sugiere que los perros han desarrollado una sensibilidad especial hacia nuestras expresiones faciales como resultado de su convivencia con nosotros. Y no solo reconocen una cara feliz de una enojada; también responden de forma diferente, lo cual demuestra comprensión emocional genuina.


Lenguaje corporal y señales invisibles

Los perros también leen nuestro lenguaje corporal. Saben cuándo estamos tensos, relajados, nerviosos o emocionados, no por lo que decimos, sino por nos movemos. Para ellos, cada gesto cuenta. Por eso, muchas veces basta con que te vean fruncir el ceño o suspirar para que se acerquen, se sienten a tu lado o simplemente se acuesten en silencio cerca.

Incluso si no estás consciente de tu estado emocional, tu perro probablemente ya lo haya detectado. Y es que, conocen nuestros cuerpos: nuestras posturas, rutinas, expresiones y hasta los silencios.


El vínculo emocional humano-perro

La relación entre perros y humanos está marcada por una profunda conexión emocional que va más allá del entrenamiento o la convivencia. El contacto visual prolongado y las caricias generan liberación de oxitocina, la hormona del amor, tanto en nosotros como en ellos. Esta química fortalece el vínculo mutuo y refuerza la confianza.

A medida que compartimos más tiempo con nuestros perros, ellos se vuelven aún mejores en leer las emociones humanas. Curiosamente, algunos estudios sugieren que los perros nos entienden mejor a nosotros que nosotros a ellos, o incluso que a nosotros mismos.

Tu perro no es un lector de mentes, pero tiene un sistema sensorial entrenado por miles de años de convivencia con humanos. Usa la vista, el olfato, el oído y la observación constante para detectar tus emociones y responder con empatía y afecto. Entiende cuando estás feliz, estresado, triste o enojado, incluso cuando tú aún no lo has reconocido.