Los amantes de las películas con mascotas tienen un nuevo título que no se pueden perder. Caramelo, la cinta brasileña que acaba de llegar a Netflix, está emocionando al público de todo el mundo por su ternura, mensaje de esperanza y una actuación que roba el corazón: la del perro que interpreta a Caramelo, un peludo mestizo que se ha convertido en todo un fenómeno cultural.
Un perro común que se volvió extraordinario
En Brasil, se conoce como “vira-lata caramelo” (o “perro caramelo”) a los perros mestizos de pelaje dorado o beige, muy comunes en las calles del país. Por años fueron símbolo del abandono y la indiferencia. Sin embargo, hoy representan algo muy distinto: la resiliencia, la nobleza y la autenticidad de los animales sin raza definida.
En “Caramelo”, este perro mestizo no es solo un compañero, sino el alma de la historia. A través de su mirada, la película nos invita a reflexionar sobre la empatía, la amistad y el poder transformador del amor hacia los animales.
La cinta, dirigida por Everton Nunes, está inspirada en historias reales de perros callejeros brasileños. En ella, seguimos a Pedro, un joven chef cuya vida da un giro inesperado cuando un diagnóstico médico amenaza con apagar sus sueños. Justo en su momento más difícil, aparece Caramelo, un perro callejero que lo acompañará en un viaje de sanación, humor y redescubrimiento personal.
Una historia con corazón (y patas)
La película combina drama, comedia y ternura con un mensaje poderoso sobre la segunda oportunidad y el valor de la vida compartida con una mascota. El vínculo entre Pedro y su perro no se basa en palabras, sino en gestos, miradas y silencios que transmiten una conexión pura.
La crítica la describe como una historia simple pero profundamente humana, capaz de hacerte reír, llorar y, sobre todo, valorar aún más a tu propio compañero de 4 patas. “Caramelo” demuestra que, aunque los perros no hablen, su amor puede ser el lenguaje más sincero que existe.
¿Por qué el perro “Caramelo” se ha vuelto tan famoso?
El vira-lata caramelo ha pasado de ser un perro anónimo de las calles a convertirse en símbolo nacional en Brasil. Incluso, se ha propuesto que esta raza mestiza sea considerada patrimonio cultural brasileño.
Estos perros, conocidos por su carácter amistoso y su lealtad inquebrantable, son el reflejo del perro “real”: el que no necesita pedigrí para ser especial. Su popularidad ha crecido tanto que hoy aparecen en campañas de adopción, memes, murales y hasta en sellos postales.
“Caramelo” la película, rescata esa figura y la lleva al cine, recordando que todos los perros merecen una oportunidad, sin importar su origen. Más que una simple comedia dramática, esta película demuestra que los perros pueden ser los mejores maestros de vida, incluso cuando todo parece perdido.
El rodaje detrás del éxito
Uno de los detalles más entrañables del film es que el perro protagonista es real, no un modelo generado por computadora. Su nombre es Amendoim (“Maní”, en portugués), y fue adoptado por el propio director antes de comenzar la filmación.
El proceso de grabación fue largo y desafiante: algunas escenas tomaron semanas. Todo debía sentirse auténtico, natural, cercano. En palabras de Nunes, “Amendoim no actuó, simplemente fue él mismo: un perro que ama, siente y enseña más que cualquier humano”.
Un fenómeno internacional
Desde su estreno, “Caramelo” se ha convertido en la película brasileña más vista en Netflix a nivel global, alcanzando el Top 10 en más de 20 países. Críticos coinciden en que el secreto de su éxito está en su sinceridad: no intenta forzar la emoción, sino que la deja fluir con naturalidad.
La historia toca temas universales (como la pérdida, la amistad y la redención) pero con un enfoque cálido, cotidiano y profundamente emocional. Y, por supuesto, el carisma del “perro caramelo” ha conquistado los corazones de millones de espectadores.
