La adopción de una mascota conlleva numerosos beneficios para la salud mental. La afectuosa compañía que brindan los animales libera neurotransmisores que favorecen el funcionamiento de nuestro cerebro. Por ello, los adultos mayores obtienen considerables ventajas al cuidar de una mascota. No solo revitaliza su mente, sino que también conlleva un florecimiento en diversos aspectos de sus vidas.
Mascotas y adultos mayores
La investigación ha demostrado que tener una mascota ofrece oportunidades significativas para el desarrollo social y emocional de las personas de la tercera edad. Reduce el estrés y la soledad, mejorando la calidad de vida. Cuanto más cercana sea la conexión entre el adulto mayor y su mascota, más evidentes serán los cambios en su vida. En diferentes áreas, se notará una mejora significativa.
Beneficios físicos
Tener una mascota también conlleva beneficios físicos notables. Se han observado reducciones en la presión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos, así como en los sentimientos de soledad, ansiedad y síntomas de estrés postraumático, comunes en esta etapa de la vida. Las personas mayores, con el paso de los años, suelen enfrentar la pérdida de amigos, parejas y familiares cercanos. Aunque no siempre lo expresen de manera evidente, a menudo sienten la sensación de soledad, la cual una mascota puede ayudar a sobrellevar.
Pasear a un perro o jugar con un gato promueve la fuerza y la movilidad de los músculos. Mantiene activo el sistema circulatorio y aleja a la persona del sedentarismo. Esto permite un constante flujo de sangre por todo el cuerpo, lo que, entre otros beneficios, mejora el rendimiento cognitivo y previene enfermedades cardíacas. El corazón se mantiene saludable y activo.
Todas las dolencias relacionadas con el deterioro de los órganos debido a la edad o enfermedades crónicas pueden ser enfrentadas de una mejor manera, puesto que el cuerpo responde a los estímulos externos que alivian estos malestares de forma positiva. Se ha demostrado que una persona con una mascota se recupera más rápidamente de una enfermedad en comparación con alguien que está completamente solo.
La salud mental y el propósito de vida
Las mascotas brindan a las personas mayores un sentido de vida. Estos animales dependen por completo de ellos, desde su bienestar hasta su alimentación. Esto revitaliza su propósito, ya que sus acciones ahora tienen un impacto no solo en sus vidas propias, sino también en la de estas mascotas. Esto aporta vitalidad y bienestar mental.
Tener una mascota devuelve a los adultos mayores la sensación de vivir el presente, permitiéndoles dejar de preocuparse por el futuro, fuente de estrés y ansiedad para muchas personas durante esta época de sus vidas. Tanto los perros como los gatos necesitan que sus necesidades sean satisfechas de inmediato, lo que fomenta que las personas estén más presentes en sus actividades diarias.
Además, tanto los perros como los gatos se benefician de las rutinas. Los ayuda a adaptarse mejor y a mantener un comportamiento más saludable. Esto también impulsa a la persona mayor a organizarse en su día, ejercitando constantemente su mente y cognición. Unas rutinas establecidas proporcionan un entorno controlado que reduce la incertidumbre y el estrés.
La interacción con los animales también aumenta la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores responsables de reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. La generación de dopamina incluso puede prevenir el desarrollo de enfermedades como el Parkinson. Un simple contacto físico diario de unos minutos con una mascota, es suficiente para estimular la producción de estos neurotransmisores, lo que a la larga mejora la salud mental y otros procesos cognitivos.
Las mascotas fomentan la socialización
Las mascotas aumentan las posibilidades de realizar actividades al aire libre, lo que a su vez brinda oportunidades para establecer relaciones sociales. Pasear a una mascota es un excelente medio para entablar nuevas conversaciones, que pueden evolucionar en una socialización saludable.
Es crucial para las personas mayores mantenerse socialmente activas, ya que esto aleja la sensación de soledad, promueve su integración en la sociedad y les permite desarrollar relaciones de amistad. Las mascotas actúan como un vínculo para unir comunidades con un interés: el cuidado y protección de sus compañeros peludos.
Antes de considerar la adopción de una mascota para una persona mayor, es esencial evaluar las condiciones de vida de esa persona. Hay que saber determinar si puede cuidar adecuadamente de una mascota. Aunque la compañía de un animal aporta muchos beneficios a la vida de un adulto mayor, también es importante reconocer las posibles limitaciones de esa persona. En este sentido, incluso si el contacto es escaso y no se asume la responsabilidad total de la mascota, aún se pueden experimentar mejoras significativas en la vida de un adulto mayor.
