Se entiende que un gato es feral cuando nunca ha socializado con humanos, o lo ha hecho muy poco durante toda su vida. Su comportamiento se acerca más al de un gato salvaje. Aunque, no se consideran de este tipo, debido a que pertenecen a la misma especie que los gatos domésticos.
Además, muchos de estos gatos habitan zonas cercanas a centros urbanos, a diferencia de los gatos silvestres, que se mantienen en su entorno natural.
¿Todos los gatos callejeros son ferales?
No necesariamente. Muchos gatos callejeros tuvieron un hogar en algún momento de su vida, y mantienen arraigadas las costumbres aprendidas en ese entorno. Están adaptados a la presencia de humanos y pueden incluso dejarse manipular por ellos. Llegan al punto de regresar a vivir en un hogar, con mascotas, sin problemas.
En contraste, los gatos callejeros que no tienen contacto humano, se alejan de ellos, no interactúan con otras mascotas y evitan los lugares cerrados, se consideran ferales. No todos los gatos ferales nacieron en la calle; muchos quizás pertenecieron a algún hogar, pero fueron abandonados muy pequeños, por lo que no están acostumbrados a las personas y las evitan.
¿Son gatos peligrosos?
Como mencionamos, los gatos ferales suelen evadir a los humanos y son criaturas solitarias que cazan su propio alimento; o lo consiguen con los medios que tengan disponible. Debido a su adaptación a ambientes hostiles y la necesidad de defenderse por sí mismos, pueden desarrollar rasgos agresivos, similares a los gatos salvajes. Sin embargo, solo atacan cuando se sienten amenazados o están cazando.
En entornos urbanos, los gatos ferales pueden formar colonias o grupos, aunque esto es poco común. Por lo general, los gatos mantienen su naturaleza solitaria.
En estos grupos, los gatos ferales establecen jerarquías y se cuidan mutuamente. Pueden causar problemas en los centros poblados, como destrozar contenedores de basura en busca de comida, generar ruido durante el apareamiento o las peleas callejeras, y atacar a gatos domésticos que perciban como amenaza. Además, se convierten en un problema debido a su proliferación sin ninguna clase de control, lo que aumenta el riesgo de trasmisión de enfermedades felinas.
En entornos naturales, los gatos ferales pasan la mayor parte del tiempo solos, buscando compañía estrictamente en épocas de apareamiento. Estos gatos pueden adaptarse a cualquier medio. Es común verlos en las afueras de las ciudades, pueblos, zonas rurales o completamente naturales, sin la presencia de humanos. En general, siempre se acercan a lugares con la menor cantidad de población posible.
¿Puedo adoptar a un gato feral?
Es posible procurar adoptarlos, pero resulta un proceso extenuante y, en ocasiones, peligroso. Debido a su condición «salvaje», intentar sacarlos de un ambiente al aire libre, tal vez provoque agresiones por parte del animal. No obstante, los gatos ferales pueden alimentarse a través de humanos, y si se hace de manera constante, con el tiempo, estos gatos se acostumbran a recibir comida y tener contacto con ese humano, aunque no signifique que acepte a otras personas o animales.
A partir de ahí, el proceso de adopción puede tardar de 2 a 6 semanas, dependiendo de la edad del gato. Los gatos más jóvenes son más adaptables a los cambios, mientras que los gatos ferales adultos pueden llevar años en aceptar la presencia humana.
En resumen, es posible adoptar un gato feral, pero debes estar preparado para asumir los riesgos. También hay que entender que el proceso de adaptación puede ser complicado e incluso infructuoso. Si deseas ayudar a un gato feral, lo más recomendable es brindarle la atención que necesita y devolverlo a su área natural.
Gatos ferales vs. Gatos callejeros
• Los gatos ferales son aprehensivos ante la presencia de humanos, mientras que los gatos callejeros pueden vivir con ellos
• Ambos tipos de gatos pueden provenir de un abandono y haber pertenecido a un hogar en algún momento. Sin embargo, los gatos ferales han pasado gran parte de su vida sin socializar con humanos y tienen dificultades para adaptarse a ellos
• Mientras que el gato feral se mantiene en silencio y alerta, la mayoría de los gatos callejeros pueden acudir o responder al llamado de un humano
• No hay rasgos físicos específicos que diferencien a uno del otro. Aunque, algunos gatos callejeros pueden tener marcas o cicatrices de su castración, mientras que los gatos ferales no
• Gran parte de su tiempo los gatos callejeros suelen estar solos, sin formar comunidades. Algunos gatos ferales pueden ser parte de colonias, incluso durante generaciones, interactuando solo con miembros de su grupo
• Ambos tipos de gatos pueden adoptarse cuando son gatitos, ya que durante su crecimiento se adaptan al interior del hogar con facilidad. Se recomienda esperar a que el gatito termine su periodo de lactancia materna y no manipularlos hasta entonces, para evitar que la madre los abandone.