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El lamido del perro puede significar desde cariño hasta estrés

¿Por qué me lame? Entendiendo el lenguaje del lamido del perro

¿Te has preguntado alguna vez por qué tu perro a veces te lame con tanta insistencia? El lamido de un perro es todo un lenguaje que va más allá de una simple muestra de afecto.

El lamido canino es una forma compleja de comunicación: mezcla afecto, instinto, curiosidad y autoconfort. La próxima vez que tu perro te lama, recuerda que está expresando algo más que deseo o costumbre: puede ser amor, curiosidad o incluso una forma de relajarse a tu lado.


1. Muestra de cariño

En muchos casos, ese lamido que tu perro te da es equivalente a un beso. En su etapa de cachorro, el lamido de la madre les ofrecía consuelo, limpieza e incluso estímulo para evacuar. Esta asociación de lamido con bienestar perdura en la adultez. Así, lamerte se convierte en una forma de decir “te quiero” y en una manera de vincularse contigo emocionalmente.


2. Buscando un instante de conexión

Si tu perro te lame justo cuando estás ocupado, podría estar intentándote llamar la atención. Cada vez que respondemos (aunque sea regañándolo o alejándonos) le estamos dando un premio: atención. De este modo, aprende que lamer produce resultados, y repetirá el comportamiento. Lo mismo podría suceder si tienes en las manos un objeto que ellos quieran o comida.

3. Instinto primitivo y exploración sensorial

Para un perro, la lengua funciona casi como una herramienta de investigación. A través del lamido, recogen información sobre lo que has hecho, de qué estás oliendo o incluso cómo fue tu último baño, pues su lengua puede saborear residuos de sal en el sudor, cremas o comida.


4. Autoconsuelo y señales de calma

El lamido también puede funcionar como una estrategia de autoconsuelo, especialmente cuando el perro se siente ansioso o aburrido. En algunos casos, este comportamiento se intensifica y se vuelve excesivo, ya que lamer libera endorfinas que generan calma emocional. Sin embargo, si el lamido se vuelve compulsivo, es recomendable buscar la orientación de un veterinario o especialista en conducta canina.

No siempre está relacionado únicamente con la ansiedad. Un perro puede lamerte (o lamerse a sí mismo) para tranquilizarse frente a una situación que le incomoda. Por ejemplo, si no le agrada que le hables con un tono de voz fuerte, puede acercarse a lamerte como una forma de “calmarse” o incluso de “calmarte”.

¿Cuándo es demasiado?

Cuidar la frecuencia del lamido es clave. Si tu perro te lame sin parar o se enfoca en una zona fija de su cuerpo, podría indicar problemas como ansiedad, dolor o incluso compulsión. El lamido excesivo puede dañar la piel, causando lesiones o infecciones.

Por otro lado, es importante saber reconocer por qué tu perro te está lamiendo. Muchas veces tendemos a pensar que un lamido es una muestra de cariño y como tal, le correspondemos con más mimos.

Por ejemplo, te acercas a tu perro, lo abrazas con fuerza, lo besas, y el comienza a lamerte porque no le gusta; se siente incómodo. Pero tú lo interpretas como todo lo contrario y continúas repitiendo la acción que precisamente tu perro quiere evitar.


Estrategias para manejar el lamido persistente

Si tu perro lame demasiado, puedes:

  • Ignorar el comportamiento retirándote en silencio sin refuerzo

  • Distráelo con juguetes interactivos, paseos o entrenamiento (como sentarse o dar la pata)

  • Reforzar positivamente cuando se aleja calmadamente


¿Es seguro dejar que te lama?

La respuesta depende del contexto y de la salud de las personas implicadas. La saliva canina no está limpia: su boca alberga bacterias como Capnocytophaga, Pasteurella, E. coli, Salmonella, además de parásitos como Giardia y helmintos, capaces de transmitirse al humano. Aunque para una persona sana el riesgo de contraer alguna enfermedad es bajo, sí existe una posibilidad real de enfermedades gastrointestinales o infecciones orales si la saliva entra en contacto con la boca, nariz, ojos o heridas abiertas.


Recomendaciones prácticas

• Para una persona saludable, permitir los lamidos sobre la piel intacta con precaución y buen aseo no supone un gran riesgo


• Evita el contacto con membranas mucosas o lesiones. Lávate la zona con agua y jabón si te lame en la cara


• Mantener al día la vacunación, desparasitación y la higiene bucal del perro también ayuda a reducir la exposición


¿Pueden lamer niños?

Muchos tutores encuentran tierno cuando sus perros lamen a los niños, pero esta práctica requiere precaución adicional. Los niños, especialmente los bebés, tienen el sistema inmune más vulnerable. Esto los hace más propensos a intoxicaciones o infecciones por bacterias patógenas presentes en la saliva del perro.

Aunque el lamido no implica riesgo inmediato, distintos expertos desaconsejan permitir que los perros laman la cara de bebés o niños pequeños, ya que incluso un perro de confianza puede tener bacterias peligrosas.

También hay una cuestión de seguridad física: el contacto cercano con niños pequeños, que aún no entienden el lenguaje corporal canino, puede culminar en conductas defensivas por parte del perro, incluso sin intención maliciosa.

Más allá de los lamidos

Aunque muchos lamidos son aceptables, es importante considerar riesgos en personas con sistemas inmunológicos vulnerables. Sin embargo, el lamido también puede fortalecer el vínculo humano-perro, al desencadenar en ambos sentimientos de comodidad y confianza.

Permitir que tu perro te lama no es siempre peligroso, pero implica ciertos riesgos que no deben subestimarse. Para personas sanas, el lamido ocasional sobre piel intacta puede considerarse aceptable si se toman medidas de higiene. Sin embargo, debes evitar que lama tu rostro o heridas abiertas y asegurarte de mantener la salud bucal del perro.

En cuanto a los niños, lo más prudente es no permitirles ser lamidos, especialmente en la cara, para reducir riesgos infecciosos o reacciones inesperadas. Protege su bienestar con cariño, pero siempre con responsabilidad y precaución.