Los perros también sufren de ansiedad, esta se manifiesta con comportamientos erráticos que pueden ser molestos. La ansiedad puede venir de diferentes factores, incluso genéticos, por eso queremos dejarte algunas claves para entender si tu perro es nervioso y cómo puedes convivir con ello
¿Cómo saber que mi perro está nervioso?
Algunos de los comportamientos más comunes en perros nerviosos son los siguientes:
- Ladridos con mayor frecuencia. Acompañados muchas veces de aullidos y chillidos sin mostrar ninguna fuente de malestar o dolor aparente
- Reacción exagerada ante cualquier estímulo externo. Puede escuchar una bocina, el timbre de la casa o el sonido de un teléfono y comenzar a ladrar, correr por la casa, hasta gruñir
- Agresividad. No todos los perros nerviosos se vuelven agresivos, pero están más dispuestos a atacar si reciben un acercamiento no solicitado. Un perro nervioso es un perro estresado, por lo que siempre se mantiene a la defensiva
- Exhiben comportamientos erráticos como comer sus propias heces, arañar paredes, morder objetos, correr en círculos o montar a otros perros. La mayoría de estos comportamientos los muestra como una forma de llamar la atención y drenar su propio estrés
- Se aísla de su dueño. Al tener miedo, puede que elija simplemente mantenerse aislado de cualquier tipo de interacción
- Los perros nerviosos tienen vómitos y diarrea con mayor frecuencia. Aunque ante estos síntomas, lo mejor es acudir con el veterinario
Causa de la ansiedad en perros
- Sonidos muy fuertes como explosiones de fuegos artificiales, camiones o incluso bocinas muy ruidosas
- Falta de socialización. Los perros necesitan estar expuestos a otros perros para acostumbrarse a las interacciones, de lo contrario, tienden a ponerse inquietos cada vez que se ven sometidos a entornos donde haya otros animales
- No hay un vínculo fuerte con su dueño. Si los perros no tienen una relación definida con sus dueños, estarán en un estado de constante alerta. El perro vivirá con miedo ante cualquier acercamiento si no le tiene suficiente confianza a su entorno
- Ansiedad por separación. A diferencia del punto anterior, los perros pueden llegar a desarrollar un fuerte apego con sus dueños, por lo que cuando no los tienen cerca manifiestan problemas de ansiedad y estrés
- Experiencias traumáticas. Es posible que tu perro haya tenido una vivencia dolorosa que recuerda con facilidad. Incluso siendo cachorros, quizás se vieron expuestos a algún dolor que trata de evitar el resto de su vida o que se convierte en un detonante para su nerviosismo
¿Qué hacer con un perro nervioso?
Existen diferentes estrategias para relajar a un perro nervioso. Lo ideal es que le hagas un seguimiento a su conducta mientras las aplicas:
- Incentiva la actividad física. Proporciónale paseos más largos y entretenidos. La idea es que el perro se mantenga activo físicamente
- No castigues conductas que quieras evitar, esto solo las refuerza. En vez de eso, premia las conductas positivas. Estas recompensas incluyen más caricias si el perro lo permite, para que se sienta con más confianza, además de reforzar la conducta positiva
- Mantente calmado. Tu estado de ánimo puede influir en el suyo, así que evita gritarle o tratarlo con desprecio. Si actúa de forma incorrecta, simplemente ignóralo, hasta que ambos se calmen. La idea es tratar de tranquilizar a tu mascota
- Permite que socialice con mayor regularidad. No lo presiones a una socialización forzada, deja que lo haga a su propio ritmo y conociendo poco a poco su entorno
- Acude con un profesional. Bien sea un etólogo o un adiestrador canino, ellos podrán darte las herramientas para determinar las acciones más adecuada para tu perro, recuerda que no todos los perros son iguales.