Salir a pasear y luego compartir una comida es un plan muy común… pero, ¿y si además quieres llevar a tu perro contigo? Cada vez más restaurantes, bares y cafeterías se vuelven espacios pet friendly para que disfrutes con tu engreído. Eso sí: para que la experiencia sea placentera para todos, hay que tener en cuenta algunos detalles importantes.
1) Conoce el carácter de tu perro antes de salir
No todos los perros se sienten cómodos en espacios concurridos. Antes de planear una salida, piensa en su sociabilidad: ¿se altera con ruidos o presencia de extraños? ¿se lleva bien con otros perros? Estas preguntas te ayudarán a decidir si él estará tranquilo durante toda la comida. Si no lo está, puedes prepararlo con paseos por zonas transitadas o llevarlo primero a una cafetería con patio, para que se acostumbre poco a poco.
2) Consulta con el restaurante antes de ir
Recuerda investigar con anticipación y preguntar si el lugar acepta perros. Algunos restaurantes cuentan con un menú especial para perros, incluso premios y agua en su propia fuente. También podrían ofrecer zonas reservadas o acogedoras para las mascotas. No asumas que es posible entrar sin más; la mayoría de estos lugares, aunque son pet friendlys, tienen normativas específicas, así que siempre pregunta por ellas.
Elige el horario y la ubicación adecuada
Evita ir a comer con tu perro en momentos de máxima afluencia (almuerzo o cenas), optando por horarios más tranquilos, como a media mañana o tarde. También puedes pedir una mesa alejada de otras mesas, idealmente en un rincón o en el exterior. Esto le dará mayor tranquilidad a tu perro y evitará distracciones innecesarias .
3) Respeta las reglas del local y al personal
Al llegar, presta atención a las señales e instrucciones del personal: algunos restaurantes cuentan con espacios delimitados, mesas tranquilas o zonas especiales para mascotas y sus tutores. Si te asignan un sitio, ubica tu mesa con calma y sin invadir zonas ajenas. Es respetuoso usar mantas o camitas para tus perros, siempre bajo la mesa y sin permitir que se suban a sillas o bancos, a menos que el personal te indique que puedes hacer uso de ellos.
4) Entrénalo antes: educación básica es clave
No basta con ser buen observador: tu perro debe estar entrenado en comandos como “sit”, “stay” o “quieto”. Así evitarás que salte sobre otros comensales o se ponga a pedir comida a cada rato. Lo ideal es que lo alimentes antes de la salida o le des algunos snacks durante el paseo, de esta manera es menos propenso a querer robar comida o pedirla.
5) Siempre está preparado
Al salir con tu perro, lleva lo imprescindible: agua fresca en botella y plato, bolsas para sus desechos, un juguete o hueso calmante, y snacks como recompensa. Si el lugar no provee un plato, este kit será fundamental para su bienestar.
6) Observa el comportamiento de tu perro durante la visita
Escucha si respira con normalidad, no jadea excesivamente ni se inquieta. Si empieza a ladrar, saltar o evita alejarte mucho de tus piernas, es momento de intervenir o retirarse. Un comportamiento repetitivo o agresivo puede molestar al resto de los clientes, y podrías ser invitado a retirarte. El bienestar de tu perro y el respeto hacia los demás es fundamental
Sabiduría para los momentos tensos
Si tu perro se estresa, llévalo fuera o dale un paseo breve para que se calme. A veces solo necesita estirar las patas. Si ves que está incómodo, es mejor retirarse y probar en otra ocasión. La clave es no forzar situaciones que puedan desencadenar ansiedad o miedo.
Salir a comer con tu perro puede convertirse en una experiencia muy gratificante, pero requiere preparación, entrenamiento y respeto por tu mascota y los demás. Si sigues estos consejos, podrán compartir momentos inolvidables juntos. Y si alguna vez la salida no resulta como esperabas, no te desanimes: con paciencia y práctica será cada vez mejor.