El uso de un bozal para perros puede generar cierta controversia entre los pet lovers. Algunos argumentan que es cruel para el animal y limita su capacidad de olfatear y de interactuar con el mundo. Sin embargo, si se utiliza correctamente, puede ser un accesorio útil para mejorar la convivencia con tu mascota.
¿Cómo funciona un bozal para perros?
El propósito principal del bozal es contener su hocico para que no pueda morder, pero dejándole la capacidad de jadear y tomar agua. El jadeo es esencial para que el perro regule su temperatura corporal, mientras que mantenerse hidratado es vital para su supervivencia.
Cuando el bozal está ajustado correctamente, el perro puede respirar con normalidad, incluso en situaciones de estrés. De lo contrario, podría provocar asfixia. Existen diversos modelos en el mercado, pero todos deben permitir que el perro respire y jadee con facilidad.
Situaciones en las que te puede ayudar un bozal para perros
• Problemas de comportamiento en perros
Algunos perros muestran un comportamiento agresivo, independientemente de su raza o nivel de adiestramiento. Especialmente aquellos que han sido rescatados de la calle. Esta conducta puede ser desencadenada por diversos factores; en ocasiones, reaccionan de manera exagerada ante la presencia de otros animales o de personas desconocidas. Incluso pueden manifestar agresividad cuando se enfrentan a situaciones estresantes que les recuerdan algún trauma pasado.
Para los perros con este tipo de comportamiento, el uso del bozal es imprescindible. Se convierte en una herramienta necesaria para mantener una convivencia pacífica mientras el perro es adiestrado en controlar sus impulsos. Sin el bozal, no solo se pone en riesgo el bienestar de otros animales y personas, sino también el del propio perro.
Los bozales no solo son útiles para perros reactivos, además funcionan para aquellos que son temerosos. Los perros asustadizos pueden mostrar signos de querer atacar, como gruñir, ladrar o incluso intentar morder si son sometidos a situaciones extremas donde sientan mucho miedo.
• Durante el paseo
Durante el paseo muchos perros disfrutan olfateando todo lo que encuentran a su paso. El olfato es su principal sentido para explorar el mundo, lo que los lleva a sentir la necesidad de investigar todo a su alrededor, incluso a veces intentando probar algo que les resulte atractivo, como la basura o desechos tirados en la calle. Es aquí donde el uso del bozal se vuelve útil; este accesorio evita que prueben cualquier cosa que encuentren en la calle, lo que podría ser perjudicial para su salud.
Además, los bozales también funcionan como una señal de precaución para otras personas. Si bien los perros no reaccionan de manera agresiva ante ciertas interacciones, para algunos perros, demasiadas interacciones pueden resultar abrumadoras, llevándolos a ponerse nerviosos y adoptar una postura defensiva. En este sentido, si una persona ve a un perro con bozal, es probable que evite acercarse o aproximar a su mascota, lo que permite que el perro se sienta más seguro durante su paseo.
• Visitar al groomer o veterinario
Las visitas al veterinario o al peluquero canino siempre resultan incómodas para las mascotas. Para algunos perros, estas experiencias son mucho más desagradables que para otros, ya que tanto el veterinario como el proceso de corte pueden desencadenar traumas en ellos, lo que los lleva a evitar estas situaciones. Dado que estas circunstancias generan estrés, muchos perros optan por morder a quienes interactúan con ellos, por lo que se recomienda el uso del bozal. Sin embargo, la necesidad de utilizarlo durante estas situaciones específicas depende en gran medida del comportamiento habitual del perro.
En casos de emergencia, a menos que el perro se esté ahogando, es recomendable el uso del bozal. Si el perro está herido, es probable que intente morder como una forma de protección si alguien se acerca a él. Es normal que se sienta asustado y nervioso, lo que puede dificultar el acercamiento y provocar intentos de mordida repetidos. Por lo tanto, es importante colocarle un bozal si se observa tal comportamiento, ya sea antes de trasladarlo al centro médico o mientras se le brinda atención en el lugar.
• Viajes o lugares con restricciones
Cuando viajes con tu perro, es posible que algunas aerolíneas o empresas de transporte terrestre requieran el uso de bozal, especialmente para perros de razas grandes. Aunque las mascotas siempre deben viajar dentro de su kennel, es posible que, como parte de las políticas de la empresa de viaje, también se exija el uso de bozal. Esto se hace principalmente para evitar incidentes con el personal encargado de manipular el equipaje o con otras mascotas. Es importante recordar que un viaje puede ser un evento estresante para tu perro, lo que podría llevarlo a reaccionar de diferentes formas, como ladrar, aullar, gruñir o incluso morder.
En algunos lugares, el empleo de bozal es obligatorio por legislación. En Perú, por ejemplo, si tu perro pertenece a alguna de las razas consideradas como potencialmente peligrosas (PPP), el uso de bozal en espacios abiertos o públicos es completamente obligatorio. Además, independientemente de la raza, hay distritos que exigen bozal para perros al momento de ingresar a parques u otros espacios públicos. Asimismo, aunque muchos lugares pet-friendly permiten el acceso de mascotas, es posible que pidan el empleo de bozal como requisito de entrada, sin importar la raza del perro.
¿Cuándo no debes usar un bozal?
El principal problema de comportamiento que se intenta evitar mediante el uso de bozales son las mordidas. El bozal brinda una protección al evitar que los perros reactivos puedan atacar a otros perros o humanos. Sin embargo, no se debe utilizar un bozal para corregir otros comportamientos, como ladridos excesivos o aullidos. En este sentido, estarías limitando las expresiones naturales de tu perro, además de que existen otros métodos para corregir estas conductas.
Los bozales no deben ser utilizados como herramientas de castigo para cualquier tipo de mal comportamiento. Al igual que las cadenas o collares de entrenamiento, los bozales no deben usarse para “enseñar” al perro a no hacer algo que no nos gusta. Esto constituye un trato cruel hacia el animal y equivale a agredirlo física y psicológicamente. La mejor manera de enseñar a un perro es reforzando los comportamientos positivos. La educación punitiva solo genera estrés y ansiedad, lo que puede empeorar la conducta que se desea corregir.
Asimismo, no se debe utilizar el bozal para obligar al perro a enfrentar situaciones que no le agradan. Por ejemplo, si tu perro no puede acercarse a otros perros debido a algún tipo de trauma, o si se pone nervioso o aprensivo en ciertos lugares, no le pongas el bozal para “ayudarlo” a superar la situación. Al contrario, con el tiempo asociará el bozal con el evento traumático y se pondrá más aprensivo y temeroso ante su uso.
Antes de comprar un bozal
En resumen, la decisión de comprar un bozal para tu perro depende del uso que le vayas a dar y del temperamento de tu mascota. Nadie mejor que tú conoce el carácter y comportamiento de tu perro, así como las situaciones a las que lo expones. De esta manera, podrás tomar la mejor decisión respecto a la compra de un bozal.
Si se trata de una situación muy puntual y crees que con un adiestramiento adecuado puede resolverse, no es necesario comprar un bozal, aunque sí es recomendable tener uno a mano si eres un viajero frecuente o si tu perro está acostumbrado a ir a lugares que permiten su acceso.
Es importante destacar que los bozales están diseñados para ser utilizados durante períodos cortos y siempre bajo supervisión. Recuerda que con el bozal puesto existe el riesgo de asfixia, especialmente si no está bien ajustado o no es adecuado para tu perro. Además, la introducción del bozal debe realizarse de forma gradual, hasta que el perro se acostumbre y no lo rechace.