A veces en su mente, surge un miedo inexplicable, una sensación que no podemos ver, pero que ellas sienten. A qué le temen las mascotas quizás no sea tan difícil de entender cuando descubrimos lo que yace detrás de estos temores.
El miedo, tanto en humanos como en animales, es un enigma ancestral. Nos alerta ante lo desconocido, ante lo que nos puede hacer daño. Este instinto primitivo también vive en nuestras mascotas, aunque las rodeemos de amor y seguridad. A continuación, descubriremos algunos de los miedos más comunes en nuestras mascotas, revelando las explicaciones que podrían esconderse tras ellos.
Lo invisible, lo que no pueden ver
En ocasiones, los perros y gatos parecen percibir algo más allá de nuestros sentidos. Se muestran inquietos, temerosos de algo que nosotros no podemos ver ni oír.
Este fenómeno, conocido como miedo desadaptativo, tiene su origen en traumas del pasado, una socialización inadecuada o experiencias que dejaron huella en su memoria. El resultado es una constante sensación de peligro, incluso en un entorno seguro.
Estos animales, atrapados en su propio temor, lo manifiestan a través de su cuerpo. Pueden temblar o mantener la cola entre las patas durante horas. En casos muy extremos, cuando su calidad de vida se vea comprometida, es hora de acudir con un etólogo profesional.
Sonidos que no identifican
Algún sonido distante, inaudible para nosotros, pero claro para nuestras mascotas. Perros y gatos pueden captar sonidos que nosotros jamás escucharíamos. Quizás para nosotros no signifiquen nada, pero para ellos son alertas de algo desconocido y potencialmente peligroso.
En general, tanto perros como gatos se alarman si detectan sonidos sin ver la fuente de donde provienen. Por ejemplo, si aplaudes detrás de tu perro, puede asustarse. Si lo haces frente a él, también puede reaccionar con miedo, pero además, podría responder ladrando, poniéndose a la defensiva o comenzando a jugar.
Es por esto que los fuegos artificiales y los truenos asustan tanto a las mascotas. Ten en cuenta que es un sonido estruendoso que no saben identificar. Por otro lado, ellos no escuchan con la misma intensidad que los humanos; para ellos, es mucho más fuerte.
Un sonido peculiar que aterra tanto a perros como a gatos es el de las aspiradoras antiguas de manguera. Aparte del ruido que producen, también perciben las vibraciones cuando están cerca. Y aunque no se sabe a ciencia cierta a que le temen más, lo cierto es que huyen de ellas.
Quedarse solos
El silencio puede ser tan aterrador como los ruidos. Para algunas mascotas, quedarse solas en casa es una experiencia que les llena de un miedo indescriptible. Es como si el mundo que conocen desapareciera en su ausencia, dejándolos indefensos ante lo que podría surgir de las sombras.
¿A qué le temen las mascotas cuando se encuentran solas? Quizás a los sonidos, a las vibraciones o simplemente a la sensación de estar sin compañía, como si algo terrible pudiera ocurrir en cualquier momento.
Los humanos también compartimos este temor a veces. Un espacio vacío, las corrientes de aire que se cuelan por las grietas, los sonidos que parecen venir de ningún lugar. Y para nuestras mascotas, que buscan siempre el calor de nuestra presencia, la falta de compañía puede ser abrumadora.
A lo desconocido
Quizás el miedo más profundo y básico de todos: lo desconocido. Para nuestras mascotas, cualquier cosa que no forme parte de su rutina o su entorno habitual puede convertirse en una amenaza. Un extraño, un animal que no conocen, un objeto nunca antes visto. Todo puede generar ansiedad y desconfianza.
La respuesta varía con cada animal; algunos exploran lo que no conocen para acostumbrarse a su presencia, mientras que otros pueden esconderse o, en casos más graves, atacar, como suele suceder con perros reactivos o vigilantes.
Sin embargo, la forma en que responden está limitada al tipo de educación y crianza que han recibido. Por eso, la socialización temprana es vital para que puedan enfrentar lo que desconocen.
Las miradas fijas de desconocidos, por ejemplo, son fuente de temor. Para los perros, es un desafío directo. Para los gatos, una advertencia de peligro inminente. Un enfrentamiento que prefieren evitar huyendo.
¿Las mascotas le temen al agua?
Entre los miedos más curiosos, está el agua. Para muchos gatos, y algunos perros, el agua es una presencia inquietante. Ya sea el vasto océano o una simple bañera, el contacto con este elemento les provoca incomodidad y, en ocasiones, verdadero terror.
En el caso de los gatos, se cree que la respuesta radica en sus antepasados, que vivían en zonas áridas, donde el agua era un recurso escaso. Ellos no estaban familiarizados con grandes masas de agua, y ese recuerdo genético parece persistir en nuestros compañeros modernos.
Esta aversión ancestral podría explicar por qué prefieren beber el agua en movimiento, en lugar de la estancada en un tazón.
Los gatos y los globos: un enigma sin resolver
Entre los misterios más extraños se encuentra la relación entre los gatos y los globos. Aunque los gatos disfrutan jugando con objetos ligeros como bolsas de plástico, los globos parecen desatar una reacción completamente opuesta.
Quizás la respuesta esté en la frustración que experimentan al intentar atraparlos. Cuando finalmente logran rasgar la superficie de un globo, este explota, produciendo un ruido repentino y estridente.
Conocer a que le teme tu mascota puede ayudarte a tener una mejor convivencia. Entender sus miedos te ayuda a tener a la mano las herramientas necesarias para saber consolarlos cuando lo necesitan.