
Los niños tienen una fascinación por las mascotas, pero es necesario entender que cualquier ser vivo no es un simple juguete; es una responsabilidad significativa. Aunque los niños no tienen la capacidad de hacerse cargo completamente de todas las necesidades de una mascota, sí pueden asumir ciertas tareas para su cuidado. Pero entonces, ¿cuál edad para su primera mascota es la más apropiada?
Idealmente, a partir de los 6 años, los niños comienzan a desarrollar conciencia de la vida animal que los rodea. Entre los 8 y los 10 años, pueden hacerse cargo de tareas básicas de cuidado. Pero esto depende mucho del desarrollo individual de cada niño y no puede considerarse una regla universal. Por ejemplo, aquellos niños que han estado expuestos a animales desde la edad preescolar suelen mostrar una mayor sensibilidad, sentido de pertenencia y preocupación por el bienestar de una mascota, en comparación con aquellos que nunca han tenido contacto con una.
Así que, determinar cuál es la mejor edad para una primera mascota depende más del comportamiento del niño, que de su edad en sí. No obstante, si es primera vez que va a tener una mascota en casa, la recomendación es a partir de los 7 años, cuando el niño ya está en edad escolar y ha desarrollado nociones básicas de responsabilidad.
Incentivar la interacción temprana con mascotas tiene beneficios, ya que enseña a los niños el sentido de responsabilidad que pueden cultivar a lo largo de su desarrollo hasta llegar a la edad adulta. Sin embargo, confiar el deber de cuidar una mascota a un niño implica considerar tanto la mascota en cuestión como la naturaleza del niño. No es lo mismo proporcionarle a un niño un cachorro que un perro adulto, o darle un gato rescatado en lugar de un gatito. Además, los niños tienen personalidades distintas; algunos son muy ordenados, mientras que otros no lo son, y esto va más allá de la edad o la crianza.
Es fundamental entender que la responsabilidad no debe recaer exclusivamente en el niño, ya que esto puede afectar negativamente a la mascota. No es realista esperar que un niño se encargue de todas las necesidades de una mascota, desde darle de comer hasta sacarla a pasear. El cuidado de una mascota debe ser un esfuerzo en equipo en el que participe toda la familia. Al fin y al cabo, la mascota establecerá vínculos no solo con el niño, sino con todos a su alrededor. Además, los niños aún no tienen la capacidad para hacer tareas complejas, como establecer un presupuesto para las visitas al veterinario o tener la paciencia necesaria para brindar un baño adecuado a una mascota.