Los perros nos llenan de alegría día tras día. Pero, como todo ser vivo, no están exentos de padecer problemas de salud. Entre las enfermedades más graves y urgentes que pueden afectarlos se encuentra la dilatación-vólvulo gástrica, también conocida como torsión gástrica en perros. Se trata de una condición que puede avanzar muy rápido y poner en riesgo la vida de tu mascota si no recibe atención veterinaria inmediata.
¿Qué es la torsión gástrica en perros?
La torsión gástrica ocurre cuando el estómago del perro se llena de comida, agua o gas y comienza a dilatarse más de lo normal. Esta dilatación, en lugar de resolverse sola, hace que el estómago se retuerza sobre sí mismo, bloqueando tanto la entrada como la salida de alimentos.
El problema no queda ahí. Al girarse o “torsionarse”, el estómago también presiona órganos cercanos y vasos sanguíneos importantes, como la vena cava, lo que interrumpe la circulación y provoca que el perro entre en un estado de shock. Además, pueden aparecer complicaciones como:
- Necrosis (muerte de tejidos) en la pared gástrica o intestinal
- Peritonitis, si el estómago llega a perforarse
- Insuficiencia renal y hepática
- Arritmias cardíacas
- Dificultad respiratoria por la presión sobre el diafragma
Es una condición mortal si no se trata a tiempo, y no existen remedios caseros que puedan resolverla
Síntomas de la torsión de estómago en perros
Reconocer los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia para salvar la vida de tu perro. Algunos de los signos más frecuentes son:
- Distensión abdominal: el abdomen se ve hinchado, duro y doloroso al tacto
- Vómitos improductivos: el perro intenta vomitar, pero no logra expulsar nada
- Babeo excesivo
- Nerviosismo e inquietud, acompañado de gemidos o quejidos
- Dificultad respiratoria
- Con el paso de las horas: depresión, debilidad y decaimiento general
Si tu perro presenta alguno de estos síntomas, no esperes. Llama inmediatamente a tu veterinario y trasládalo de urgencia.
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¿Cuánto dura una torsión gástrica?
El avance de esta enfermedad es muy rápido. En algunos casos, un perro puede sobrevivir entre 24 y 72 horas con una torsión gástrica, pero la mayoría de los pacientes fallecen en pocas horas si no son operados.
La única forma de resolverla es mediante cirugía de urgencia. Cada minuto cuenta: cuanto antes reciban atención médica, mayores serán las probabilidades de supervivencia.
Factores de riesgo: ¿qué perros son más propensos?
Aunque cualquier perro puede sufrir torsión gástrica, existen factores que aumentan el riesgo:
- Razas grandes o gigantes con pecho profundo y estrecho, como el gran danés, pastor alemán, san bernardo, dóberman, rottweiler, bóxer, labrador o golden retriever
- Edad avanzada: los perros mayores tienen más riesgo
- Hábitos de alimentación inadecuados, como comer una sola comida abundante al día, hacerlo muy rápido o beber mucha agua de golpe
- Ejercicio físico intenso antes o después de comer, que puede favorecer la entrada de aire (aerofagia)
- Estrés o ansiedad, que alteran los hábitos digestivos
- Antecedentes familiares: si un pariente cercano del perro sufrió torsión gástrica, aumenta el riesgo

Diagnóstico: cómo lo confirma el veterinario
Cuando llegues a la clínica, el veterinario realizará una exploración física, fijándose en la hinchazón del abdomen y en el estado general del perro. Aunque el diagnóstico puede ser evidente, se suele realizar una radiografía abdominal para confirmar la torsión y ver la posición del estómago.
Antes de operar, el perro debe ser estabilizado con fluidos intravenosos, antibióticos y, en ocasiones, una punción en el estómago para evacuar el exceso de aire.
Tratamiento de la torsión gástrica en perros
El tratamiento es siempre quirúrgico y de carácter urgente. El procedimiento incluye:
- Descomprimir el estómago con una sonda o mediante punción abdominal
- Recolocar el estómago en su posición anatómica correcta
- En algunos casos, extirpar el bazo si está dañado
- Fijar el estómago a la pared abdominal (gastropexia) para evitar que vuelva a girarse en el futuro
El pronóstico depende de varios factores: el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas, la gravedad de las complicaciones y la condición física previa del perro. Cuanto más rápido se actúe, mayor será la tasa de supervivencia.
¿Cómo prevenir la torsión gástrica en perros?
No podemos eliminar por completo el riesgo, pero sí reducirlo con ciertas medidas preventivas:
- Divide la comida en varias raciones pequeñas al día en lugar de dar una sola comida abundante
- Usa comederos especiales para que tu perro coma más despacio
- Trata de controlar la ingesta de agua, evitando que beba en exceso
- Evita el ejercicio intenso después de comer: deja reposar al perro al menos una hora
- Crea rutinas tranquilas para reducir el estrés
- Elige croquetas adaptadas al tamaño de la raza, que puedan fomentar la masticación
Estas simples acciones pueden marcar una gran diferencia en la salud de tu mascota.
La torsión gástrica en perros es una de las emergencias veterinarias más graves y rápidas que existen. No hay remedios caseros, ni tiempo para esperar a “ver si mejora”. La única salida es la cirugía inmediata.
Como tutores responsables, debemos aprender a identificar los síntomas y conocer los factores de riesgo, sobre todo si tenemos razas grandes. Además, podemos implementar medidas de prevención que reduzcan la probabilidad de que ocurra este problema.
Tu perro confía plenamente en ti. Estar preparado y actuar rápido puede salvarle la vida.