Perder a una mascota es un momento doloroso y desafiante que a muchos pet lovers les toca enfrentar. A continuación queremos dejarte una guía sobre los pasos a seguir si tu mascota muere. Desde confirmar su deceso hasta manejar el duelo, ayudándote a afrontar esta difícil situación con cuidado y respeto.
1) Confirma su fallecimiento
Si tu mascota muere en casa, asegúrate de que realmente no muestre signos vitales. En ocasiones, especialmente si el animal está enfermo, su respiración puede ser muy tenue y casi imperceptible, llevando a la confusión sobre su estado.
Por otro lado, después del fallecimiento, es posible que el animal aún presente reflejos post mortem, como exhalaciones, expulsión de gases o movimientos involuntarios de sus extremidades. Esto es completamente normal y no indica que tu mascota vaya a revivir.
En cualquier caso, verifica con el veterinario que ha estado a cargo del seguimiento de tu mascota para que certifique su fallecimiento. Si te resulta difícil trasladarte a la clínica veterinaria, existen servicios de emergencia 24 horas a domicilio que pueden asistirte en estas circunstancias, como el servicio que ofrecen en Digivet.
2) Preparativos posteriores
Tanto en casos de eutanasia como de fallecimiento por causas médicas, muchas clínicas veterinarias ofrecen ayuda para contactar con servicios funerarios de mascotas. Preparan el cuerpo para prevenir una descomposición rápida, ya sea que decidas encargarte personalmente del entierro o prefieras un servicio especializado.
Si tu mascota muere en casa, mientras organizas los detalles con el veterinario o el servicio funerario, recoge las patas de tu mascota cerca de su cuerpo. A partir de las 4 o 5 horas el cuerpo se pondrá rígido, por lo que si tiene las patas extendidas será difícil de almacenar o transportar. Además, mantén el cuerpo en un lugar fresco para ralentizar el proceso de descomposición.
3) Facilita una despedida adecuada
Si ya te despediste de tu compañero y tienes otras mascotas, permíteles también decirle adiós. No es necesario que se acerquen directamente al cuerpo; con estar presentes en la habitación es suficiente para que perciban que su compañero ya no estará más con ellos. Esto les ayudará a comprender su ausencia y evitará posibles episodios de depresión. Si se trata de una eutanasia, puedes pedir en la clínica veterinaria que tus otras mascotas estén presentes en los últimos momentos, facilitando el proceso de entendimiento y despedida.
4) El lugar del descanso final
En Lima no existen cementerios de mascotas, el más cercano ubicado en Chosica ya está fuera de funcionamiento, por lo que en este sentido tienes dos opciones: enterrar a tu mascota en tu propiedad o recurrir a la cremación.
Los servicios de cremación son comunes y muchos ofrecen paquetes completos que incluyen desde la eutanasia hasta la entrega de las cenizas. En este sentido, existen opciones creativas para su manejo. Por ejemplo, Vuelve, convierte las cenizas de tu peludo en composta, que si deseas, puede ser sembrada en huertos comunitarios de Villa el Salvador. Mientras que Regazo entrega las cenizas de tu mascota como parte de una planta. De esta manera ofreces un tributo significativo a tu compañero.
Si optas por el entierro, asegúrate de hacerlo siguiendo las normas de seguridad sanitaria, para esto consulta con tu veterinario de confianza. Por otra parte, en el sitio donde pienses enterrar a tu mascota, debes tener disponible por lo menos 2 metros de profundidad, sin que se vea afectado el terreno circundante, tuberías de servicios o aguas subterráneas.
5) Afronta tu duelo
La pérdida de una mascota puede ser tan dolorosa como la de un ser humano, por la compañía, amor y momentos compartidos junto a ella. Es vital gestionar tus emociones adecuadamente para prevenir un estado depresivo. Vive tu duelo a tu propio ritmo, permitiéndote sentir todas las emociones asociadas.
Evita adoptar otra mascota inmediatamente; es preferible esperar hasta que te sientas emocionalmente listo para abrir tu hogar y tu corazón a un nuevo compañero.
Una manera de recuperarte, es recordar con cariño los momentos felices y el amor compartido con tu mascota.