Si tienes un gato en casa, seguramente te has preguntado más de una vez: ¿Por qué duerme tanto? Puede que esté enroscado en tu cama durante horas, que desaparezca misteriosamente en su escondite favorito para una larga siesta, o que te use de colchón humano justo cuando quieres moverte. Lo cierto es que los gatos son auténticos maestros del descanso, y detrás de esas interminables siestas hay más ciencia de lo que imaginas.
El ciclo felino del sueño
Los gatos suelen dormir entre 12 y 16 horas al día, y algunos incluso llegan hasta las 20 horas. Sí, ¡prácticamente dos tercios de su vida la pasan durmiendo! Esta tendencia tiene raíces evolutivas: en la naturaleza, los felinos son depredadores que necesitan conservar energía para cazar. Aunque tu gato viva en un departamento y no persiga más que un ratón de peluche, su instinto sigue siendo el mismo.
El sueño de los gatos no es igual al de los humanos. Ellos alternan entre el sueño ligero, en el que se mantienen alerta ante cualquier ruido, y el sueño profundo, que representa un porcentaje menor de sus horas de descanso. Este equilibrio les permite reponer energía sin perder del todo la vigilancia.
¿Qué influye en cuánto duerme un gato?
Varios factores determinan cuánto tiempo duerme tu gato:
- Edad: los gatitos y los gatos mayores tienden a dormir más. Los cachorros porque están creciendo, y los adultos mayores porque su metabolismo se ralentiza
- Nivel de actividad: los gatos de interior suelen dormir más porque no tienen tantas oportunidades de explorar o cazar. Los de exterior, en cambio, están más activos y distribuyen mejor sus siestas
- Temperatura: cuando hace frío o está nublado, los gatos buscan un lugar cálido y se entregan a largas siestas
- Rutina del hogar: los gatos también ajustan sus horarios a los tuyos. Si trabajas desde casa, puede que lo veas despierto más a menudo, o, al contrario, imitándote en las siestas del sofá
¿Dormilón o enfermo?
Aunque los gatos duerman mucho de forma natural, a veces el exceso de sueño puede ser una señal de alerta. Vale la pena observar si ese descanso va acompañado de otros cambios en su comportamiento:
- Menos interés en jugar o interactuar
- Cambios en el apetito o en la cantidad de agua que bebe
- Dificultad para moverse o caminar
- Escondites prolongados y falta de respuesta a estímulos
Estos signos podrían indicar problemas médicos como artritis, diabetes, hipotiroidismo o incluso enfermedades más graves. En estos casos, la recomendación es clara: consulta al veterinario lo antes posible. Dormir mucho no siempre significa estar tranquilo y feliz; a veces, es una forma de esconder el malestar.
Tu gato y el arte de dormir sobre ti
Un comportamiento que despierta ternura (y, a veces, molestias) es cuando tu gato decide dormir encima de ti. Según especialistas, lo hacen porque buscan calor, seguridad y vínculo emocional. Para ellos, tu pecho o tus piernas son un refugio perfecto: cálido, confiable y con tu aroma. Además, escuchan el latido de tu corazón o tu respiración, lo que les transmite calma.
Así que, aunque a veces tu espalda pida auxilio, si tu gato duerme sobre ti, considéralo un halago: eres su lugar favorito en el mundo.
Los gatos duermen mucho porque así lo dicta su naturaleza. Es su forma de conservar energía, mantenerse sanos y, claro, regalarnos horas de ternura con sus siestas interminables. Como tutor, tu papel es observar, asegurarte de que ese sueño sea saludable y brindarles un entorno estimulante para sus momentos de vigilia.
Así que la próxima vez que veas a tu gato dormir por quinta vez en el día, no te preocupes demasiado. Probablemente está recargando baterías para la gran misión que lo espera: ser adorable y conquistar tu corazón.
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