Cuando se busca adoptar un gato como mascota para un niño o niña, es importante considerar razas que sean ideales para este tipo de convivencia. A pesar de la percepción común sobre los gatos como seres poco afectuosos, existen razas que son excelentes como primeras mascotas para niños, debido a su naturaleza juguetona y adaptable a la interacción con los pequeños. Aquí te presentamos algunas de ellas:
Ragdoll
Son gatos muy sociables a los que les gusta ser el centro de atención de su familia. No es un gato muy activo, por lo que necesita estimulación constante para evitar que se vuelva obeso; un niño puede proporcionarle esta actividad física que necesitan. Disfrutan de mimos, abrazos y ser cargados por mucho tiempo, lo que los convierte en compañeros de juego divertidos y amigables para los niños.
Birmano
Aunque por su pelaje puede ser un gato de alto mantenimiento, es su personalidad adaptable la que lo convierte en un gato adecuado para niños, incluso para niños muy revoltosos. Disfrutan de las actividades y los juegos, pero también le gusta tener horas de descanso donde solo se dedique a dormir junto a su dueño. Esta capacidad de adaptarse a cualquier tipo de personalidad lo hace perfecto para niños en diferentes edades.
Maine Coon
Aunque es un gato de gran tamaño, es precisamente esta característica en combinación con su personalidad, lo que lo hace un gato perfecto para los niños. A los Maine Coon les gusta recibir la atención de sus humanos, además de mantenerse activo y jugando mientras pueda. Su juego favorito es pretender que está cazando, así que quizás pasará horas divertidas junto a un pequeño. Es una raza de alto mantenimiento, pero muy dócil y de fácil convivencia.
Abisinio
Es un gato muy amable y cariñoso, pero prefiere alejarse de los niños muy inquietos o niños pequeños que no entienden el trato adecuado con animales. Por lo que es un gato ideal para niños mayores a los 8 años. Al Abisinio le gusta jugar y mantenerse ocupado, además que siempre demandará atención, así que un niño sabrá cubrir ambas necesidades.
Burmés
Son gatos tranquilos, pero que necesitan atención constante de sus dueños. Además, una vez que la reciben, les gusta mantenerse activos con juegos. Su disposición para jugar es casi comparable al comportamiento de los perros, lo que facilita la interacción con un niño; además, un pequeño sabrá darle esas horas de diversión que el gato espera. Hay que estar pendiente de su salud, pues con la edad tienden a ser menos activos.
Manx
Con su curiosa apariencia, el Manx es una raza de gato muy familiar, aprecia estar rodeado de familias grandes, sobre todo si hay niños. Es un gato muy activo que le gusta perseguir cosas para atraparlas, por lo que un niño sabrá entretenerlo con facilidad. Es muy conversador, así que maúlla cuando está más contento. Puede ser de alto mantenimiento, pues su pelaje se enreda con facilidad, por lo que requiere cepillado constante.
Ragamuffin
Son gatos apacibles, ideales para vivir en apartamentos. A pesar de su aparente tranquilidad, le gusta jugar cuando lo estimulan, y de hecho necesita hacerlo con frecuencia, pues su personalidad lo lleva a ser perezoso. Su facilidad para adaptarse a cambios de actividades lo convierte en el mejor compañero de un niño.