Los perros tienen la capacidad de experimentar y expresar una variedad de emociones. Sin embargo, entender cómo las perciben y las manifiestan, puede ser todo un desafío para los dueños de mascotas. A continuación, te explicaremos cómo funcionan sus emociones, para que entiendas mejor a tu engreído.
¿Sienten los perros de la misma manera que los humanos?
Las investigaciones sugieren que los perros tienen un rango limitado de emociones. Podría decirse que los perros han desarrollado emociones similares a las de un niño de 2 años, lo que significa, que aunque experimentan emociones y sentimientos, estos son menos complejos que los de un humano adulto. En general, su forma de percibir el mundo es más simple, y sus emociones suelen responder a lo que sucede a su alrededor. Por ejemplo, pueden alegrarse cuando ven la comida o al salir a pasear, y entristecerse si los regañas. Aun así, no tienen la capacidad de experimentar emociones más complejas como el orgullo, el desprecio o la culpa.
Lo que solemos hacer los humanos al pasar mucho tiempo con ellos, es interpretar sus actitudes y reacciones de la misma forma en que entendemos las nuestras, como si ellos también se sintieran como nosotros. Un ejemplo de esto es cuando tienen un mal comportamiento e inmediatamente bajan la cabeza, y su expresión facial muestra tristeza. A menudo pensamos que sienten culpa, pero en realidad, lo único que están experimentando es tristeza, no tanto porque hayan fallado en su comportamiento, sino por la reacción negativa que perciben de nosotros.
Por otra parte, hay que reconocer que a través de sus sentidos altamente desarrollados, como el olfato y el oído, los perros son capaces de percibir y captar señales que indican cuál es nuestro estado de ánimo. Si estamos tristes, es posible que ellos lo perciban y se acerquen a nosotros con tristeza para brindarnos su compañía. Una vez más, esta es una respuesta a un estímulo externo, en este caso, a un comportamiento humano. Con el tiempo y la convivencia, los perros tienden a imitar los estados de ánimo de sus dueños.
Las emociones en los perros y cómo las expresan
Amor
El amor es un concepto mucho más complejo para los seres humanos, pero podríamos equiparar el sentimiento de afecto, que los perros sienten por su humano favorito, con el término «amor». Comparando las reacciones corporales entre humanos y perros, el amor que ellos experimentan se refleja en cuán unidos se sienten hacia su humano, mostrando rasgos como sumisión, lealtad y cuidado de esa persona.
Alegría
Es la expresión que mejor podemos interpretar en nuestras mascotas. Sus muestras de alegría son muy evidentes.
Son diversas las razones por las que pueden ponerse contentos. Desde recibir su comida favorita, hasta ver a su dueño después de muchas horas. Los perros son muy claros en su emoción y no les importa mostrar cuán felices están. Comienzan a correr de un lado a otro, jadean, ladran, su cola se mueve con vigorosidad, e incluso los perros más enérgicos pueden saltar de la emoción.
Lo más hermoso de ver la alegría en un perro, es cómo cambia su expresión facial, mostrándonos lo que interpretamos como una sonrisa, ya que sus ojos se iluminan, abren un poco la boca para sacar la lengua y jadear, y sus orejas se ponen erguidas.
Miedo
De acuerdo con sus respuestas corporales, es evidente que los perros experimentan el miedo de manera similar a como lo hacemos los humanos. Aunque también cabe señalar que tanto perros como humanos no tememos a las mismas cosas.
Los perros pueden asustarse cuando sus sentidos están siendo engañados, como escuchar un ruido muy fuerte del cual no pueden ver la causa. Algo que sí tenemos en común, es temer a estímulos que ya conocemos. Algunos perros temen ir al veterinario porque recuerdan haber sentido dolor en ese lugar.
La señal más evidente del miedo es guardar la cola entre las patas, encoger su cuerpo y temblar. Además, escapan buscando un lugar donde esconderse. Algunos perros chillan o aúllan, e incluso ladran. Se muestran más sumisos de lo habitual y pueden perder el control de sus esfínteres. También es posible que reaccionen y exhiban comportamientos agresivos, como mostrar los dientes, gruñir o incluso morder.
Tristeza
La tristeza es una respuesta muy común ante los sentimientos que expresan sus humanos. Pueden sentirse tristes porque su humano está triste, pero también porque su humano les acaba de alzar la voz o les ha hecho algún gesto que percibieron como amenaza. También pueden sentirse tristes si ellos, otra mascota de la casa o incluso su humano, están enfermos.
Una situación un poco más compleja, pero que refleja muy bien esta emoción, es cuando se sienten engañados. Si no los sacas de paseo a la hora acordada, si tienen mucha hambre y no comen cuando corresponde, o si les ofreces un juguete y luego no se los das, exhiben tristeza. Estas experiencias les hacen pasar por algo parecido al duelo humano, pero la emoción más básica que ellos procesan es la tristeza. Al igual que en los humanos, un duelo mal gestionado o una tristeza prolongada, podrían ser indicio de depresión.
Puedes darte cuenta si tu perro está triste por su evidente cambio facial, como ojos caídos y orejas hacia abajo. Además, se mantienen cabizbajos, chillan y buscan tu consuelo con frecuencia.
Ansiedad, depresión y/o estrés
Los perros experimentan estas emociones cuando ocurre un cambio brusco en su entorno o tienen que enfrentarse a una situación desconocida. Por ejemplo: mudarse, ir de paseo a otro parque que no conocen, enfrentarse a la guardería, al adiestramiento o a un paseo con un desconocido por primera vez, quedarse solos por mucho tiempo, enfrentar la pérdida de un humano u otra mascota, ruidos muy fuertes como los fuegos artificiales o si están enfermos.
Los perros estresados o ansiosos tienden a desobedecer con facilidad, adquieren comportamientos destructivos o erráticos, como correr dentro de casa sin razón o perseguir su propia cola con frecuencia, además, ladran ante cualquier estímulo.
La depresión también puede abarcar estos comportamientos, pero adicionalmente, muestran decaimiento, falta de apetito, somnolencia, evitan actividades, se aíslan, lloran y se quejan con más frecuencia. En casos más graves pueden autolesionarse.
Rabia, irritación o enojo
Los perros pueden molestarse por diversos motivos, pero aquí depende mucho de su tolerancia a ciertos estímulos, su crianza y la raza. A modo de ejemplo, los chow chows son muy territoriales y desconfiados, si un extraño toca sus juguetes podría ser motivo de enojo. Mientras que un golden retriever, que es cariñoso con extraños y conocidos, lo más probable es que le agrade compartir su juguete con un nuevo amigo.
La forma en que un perro puede enojarse se parece mucho a cómo lo hacemos los humanos. En general, a los perros no les gusta ser agredidos, que invadan su espacio personal o que los molesten con frecuencia, con acciones como jalarle la cola o mojarlos.
Cuando están enojados, los perros gruñen mostrando sus dientes, ladran, pueden dar mordidas de advertencia e incluso atacar. Pero hay que tener en cuenta que los signos claros de un ataque, como mostrar todos sus dientes, morder, levantar la cola, erizar su espalda y asumir una posición rígida, no solo son producto del enojo, los perros pueden también atacar por miedo o ansiedad.
En conclusión, los perros no experimentan las emociones de la misma manera que los seres humanos. Suponer lo contrario podría llevarnos a minimizar o malinterpretar lo que está sintiendo el animal. Por lo tanto, a veces es mejor simplificarlo a un rango que va desde emociones muy positivas hasta emociones muy negativas. De esta manera es posible entender mucho mejor lo que nuestra mascota nos quiere comunicar.