Existe un concurso en los Estados Unidos que recompensa al perro más feo del mundo cada año. Esta divertida iniciativa, lejos de burlarse de la apariencia de los perros, busca concientizar sobre la adopción de mascotas sin importar su aspecto. Ya que muchos de sus participantes son perros muy bien cuidados por sus dueños; algunos incluso son de raza pura, pero tienen una apariencia particular.
La historia del concurso
El certamen del «perro más feo del mundo» comenzó en los años 70 en Petaluma, California. La asociación de monumentos históricos de la ciudad, buscando diferentes maneras de recaudar fondos, decidió reemplazar su tradicional desfile de mascotas por un concurso de «perros feos».
Este evento ganó popularidad en la década de los 80, en el marco de las celebraciones de la feria de Sonoma-Marin. Aunque su idea principal era atraer la atención de los ciudadanos para obtener donaciones, el concurso se transformó en un evento que, más allá de provocar risas, reivindica el valor de las mascotas por encima de su apariencia.
Los ganadores del concurso
Este año, el curioso título se lo llevó un Pekinés llamado “Wild Thang”. Es un perro de 8 años con un pelaje peculiar y la particular característica de tener siempre su lengua afuera. Ganó un viaje a Nueva York y un cheque de $5.000 al obtener el primer lugar. Wild Thang no es ajeno a este concurso; ha participado 5 veces, consiguiendo el segundo lugar en 3 de ellas, incluyendo el año pasado. Así que, para muchos, su experiencia en concursos de “no-belleza” finalmente dio resultados.
La segunda posición de este año fue para un Pug de 14 años llamado “Rome”. Este pequeño camina con asistencia debido a una parálisis en sus piernas traseras. Eso no le ha impedido convertirse en un vocero de la adopción de mascotas mayores, haciendo visitas a hospitales para niños en cuidados paliativos.
No se trata del más feo, sino del más adorable
La verdad detrás del título no es señalar que existe un perro más feo que otro en el mundo. Se trata de visibilizar la historia de estos animales y cómo finalmente consiguieron el hogar amoroso que merecen. Muchos de los participantes provienen de refugios o albergues, donde pasaron por altibajos, accidentes o condiciones de vida que les dieron la apariencia que tienen hoy. Incluso participan sobrevivientes de enfermedades o desórdenes genéticos.
El concurso busca demostrar que es posible brindar un hogar a una mascota sin importar su apariencia, y que esta puede tener una vida feliz y saludable. Uno de los requisitos para participar es que el perro cuente con un certificado de salud vigente, expedido por un veterinario, que confirme su buena salud a pesar de su apariencia. Esta norma previene el uso inescrupuloso de mascotas para ser exhibidas como «feas», cuando en realidad son víctimas de maltratos por parte de sus dueños.
Estas iniciativas demuestran que el amor que sentimos por nuestros perros nos hace apreciar su belleza de diferentes maneras, tanto que queremos premiarla. Todos los pet lovers tenemos algo muy claro: nuestra mascota es la más hermosa del mundo, aunque no lo parezca.
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