La alimentación de tu perro debe ser una prioridad para ti. Aunque ya tengas seleccionada una comida para perro, quizás, no sabes que puedes darles en ocasiones especiales. Por eso hemos resumido algunas recomendaciones de los alimentos que puede comer un perro y cuales están prohibidos.
10 alimentos que tu perro puede comer
- Canchitas: Es muy divertido ver a tu perro comer canchitas. Se les puede dar bajo supervisión, sin ningún tipo de sal o azúcar. El consumo en exceso de ambos condimentos afecta su salud.
- Huevos cocidos: Son fuentes de proteínas, vitamina D y vitamina B12. Asegúrate que estén bien cocidos y que no coman en exceso.
- Salmón: Es una buena fuente de omega-3 que ayuda en la reparación de tejidos, bienestar del cerebro, corazón y articulaciones de los perros.
- Camarones: Es una proteína de alta calidad para los perros, además de representar otra fuente de omega-3. Lo recomendable es pelarlos, cocinarlos bien y ofrecérselos sin ninguna clase de condimentos.
- Arroz: Ayuda enormemente en la digestión de los perros por la cantidad de fibra que contiene, lo que evita el estreñimiento. Es bajo en grasa y calorías, y además es un complemento perfecto, pues da la sensación de saciedad.
- Pan: Los perros pueden comer pan, y al igual que el arroz, genera saciedad. Sin embargo, debe darse en pequeñas cantidades y tener especial cuidado a su reacción ante el alimento.
- Arándanos: Contienen antioxidantes que ayudan al sistema inmune de tu perro. Cuidan su dentadura, pues previenen el sarro y además, evitan que tenga problemas renales.
- Maní o cacahuete: Debe darse con moderación y sin sal. Son ideales como recompensa ante el entrenamiento. Es una fuente de grasas saludables y proteínas, además que el sabor es delicioso para los perros.
- Coco: Aunque no se le puede dar en exceso, el coco es una fuente segura de antioxidantes, fibra, grasas saludables, vitaminas y minerales como el magnesio. Siempre debes estar atento ante la reacción de tu mascota con el alimento.
- Miel: Es una fuente de energía segura para tu mascota. Debes asegurarte que la miel esté procesada y de la cantidad que ingiere, para evitar problemas en su salud.
10 alimentos que es mejor no dar a los perros
- Chocolate: Contiene teobromina, que no puede ser procesada con velocidad por el metabolismo del perro. Causa vómitos, diarrea, hiperactividad, taquicardia y temblores.
- Frutos secos: Tienen un alto contenido de grasas y calorías. Causan obstrucción intestinal y algunos perros son alérgicos a ellos; Incluso pueden llegar a ser tóxicos para muchas razas, como las almendras o nueces.
- Palta: Contiene un fungicida natural conocido como persina, que puede afectar el sistema digestivo y el corazón de los perros.
- Leche: Puede producir problemas gastrointestinales debido a la lactosa. Esta les causaría diarrea, vómitos y malestar abdominal.
- Helado: Aunque algunos perros comen helados, mejor no darle por su alto contenido de grasas y azúcares. Además, puede tener lactosa, lo que implica el mismo problema que si ingiriesen leche.
- Bebidas alcohólicas: Tal como le sucede al ser humano, el alcohol afecta directamente al sistema nervioso de los perros, lo que puede ocasionarles hasta la muerte.
- Frutas de / con hueso: Son frutas cuya semilla son duras como un “hueso”, como las cerezas o duraznos. Representan un problema para los perros, ya que al tragar su semilla, esta puede atorarse y asfixiarlos. En caso de que puedan morderlas, sus pedazos son tan duros que pueden rasgar el tracto digestivo o sus intestinos.
- Café: Los perros tienen problemas para metabolizar la cafeína, lo que se traduce en una acumulación de la misma en su sistema nervioso. Provocando ritmo cardíaco acelerado, hiperactividad, temblores o incluso convulsiones.
- Huevos crudos: Pueden ser difíciles de digerir para los perros, originando vómitos o diarrea. Además, se corre el riesgo de que contengan salmonella, que puede causar una infección mortal al perro.
- Golosinas: Las golosinas contienen grandes cantidades de azúcares procesados, junto con otros aditivos químicos como colorantes. Tal como sucede con los humanos, puede producir obesidad, diabetes, problemas dentales y estomacales.